9 señales para detectar la baja autoestima
Trabajar en la mejora de la autoestima de niños, adolescentes y personas adultas es algo muy habitual en las consultas de psicología. Hoy en día la autoestima es una palabra muy utilizada. Pero tenemos que conocer qué es realmente.La autoestima es la forma en que nos valoramos según las experiencias y sensaciones que hemos ido adquiriendo durante nuestra vida. Nos gustamos o no, nos vemos capaces o incapaces, nos sentimos listos o tontos…
Esta valoración que hacemos de nosotros mismos tiene una gran importancia, pues de ella dependen nuestros logros y el desarrollo de nuestro potencial. Así, una persona que se siente bien consigo misma y goza de una buena autoestima es capaz de enfrentarse a los retos y responsabilidades de la vida diaria y resolverlos, mientras que la persona con autoestima baja y falta de confianza suele sentirse limitada y fracasar.
Existen una serie de factores que ayudan a detectar cuándo una persona tiene una baja autoestima, y son los siguientes.
- Exagerada autocrítica, que lleva a la persona a un estado de insatisfacción consigo misma.
- Hipersensibilidad a las críticas, que provoca la sensación de sentirse atacada fácilmente y habitualmente, experimentando resentimiento contra las personas de las que proceden las críticas.
- Indecisión constante y miedo a cometer equivocaciones,
- Necesidad obsesiva de complacer a los demás, unida a un temor a decir «no» por miedo a desagradar a la otra persona y perder su aprecio.
- Autoexigencia y/o obsesión por el perfeccionismo en cualquier cosa que lleve a cabo, los que provoca sentirse mal si las cosas no salen como desea.
- Irritabilidad y fácil hostilidad, que provoca reacciones exageradas por cosas de poca importancia.
- Extremo sentimiento de culpabilidad, exagerando los propios errores y lamentándolos continuamente, sin llegar a perdonarse.
- Exceso de crítica, sintiendo insatisfacción y/o decepción con todo. Todo le disgusta y le sienta mal.
- Tendencia a la depresión. La persona ve su futuro y su vida muy negros, y se ve a sí misma negativamente, perdiendo la capacidad de sentir la alegría de vivir.
La autoestima se aprende durante la infancia, y continúa desarrollándose a lo largo de la vida. Por ello la relación de los padres con sus hijos tiene una gran importancia, con el fin de fomentar su confianza y seguridad. Querer a los hijos no es suficiente, sino que hay que facilitar que se sientan valorados y queridos, y hacérselo saber de manera clara tanto verbalmente como no verbalmente. Hay que creer en ellos y en sus posibilidades, y proponerles metas que sean accesibles. Y nunca llevar a cabo una sobreprotección que les impida el aprendizaje y el desarrollo de su autoestima.