Psicólogo Alcorcón

Primera sesión GRATIS. Resto 40 €. Estudiantes 35 € 91 013 69 30 / 665 935 794 | psicologoalcorcon@gmail.com

Cómo plantar cara a un mal día

Cómo plantar cara a un mal día

Todo el mundo tiene alguna vez uno de esos días en que todo sale mal. Son días en los que pensamos que no nos tendríamos que haber levantado ni haber salido de casa. Cuando tenemos un mal día, lo mejor que podemos hacer es respirar profundamente y utilizar algunos consejos para plantarle cara.

No irse a la cama enfadado
Meternos en la cama nada más llegar a casa no es de ninguna ayuda. Lo único que lograremos con eso es que tengamos insomnio y, además, pasar el día siguiente con malestar. Lo que debemos hacer en su lugar es tratar de solucionar el problema antes de irnos a dormir o esperar a que el enfado se pase, aunque sea simplemente para dejar el tema de lado durante la noche.

Los días malos son tan útiles como los buenos
Otro de los consejos fundamentales para enfrentarnos a un mal día es que hay tanto días malos como buenos, y de los primeros también podemos sacar enseñanzas positivas aunque no lo veamos a simple vista. El tiempo y la distancia hacen que se saque el lado positivo de todo, aunque se trate simplemente de aprender de la experiencia.

Lo que no debemos hacer en ningún momento, por muy mal que vaya el día, es recurrir a los pensamientos de:

  • Siempre me pasan cosas malas.
  • No tengo suerte.
  • No importa lo que haga, siempre me sale todo mal.

Tenemos que intentar controlar la situación y dejar de lado los aspectos negativos que no nos ayudan en nada. Un mal día es simplemente un mal día, y lo podemos tener todos sin que eso signifique que somos las personas menos afortunadas del mundo. Lo que debemos hacer es centrarnos en superarlo para que los que vengan después no resulten iguales o peores.

Desahogarnos
Si para superar un mal día es necesario llorar, o estar solo, no tenemos que tener miedo a hacerlo. Esta es otra de las claves. Lo importante es que nos desahoguemos cuando nos haga falta y de la forma que necesitemos. De lo contrario, el problema crecerá y se nos pueden enquistar más profundamente. Debemos tomarnos el tiempo que sea necesario para aliviar la sensación de malestar que nos provoca el problema ya sea dando un paseo, desconectando de todo, escribiendo o llorando. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para sentirnos mejor y superarlo.

Dejar que nos ayuden
Por mucho que necesitemos a veces estar solos, en muchos casos hablar con alguien es de gran ayuda. Compartirlo con alguien nos puede dar un punto de vista diferente que cambie el panorama que tenemos en cuando al problema. Esto puede ayudar a aclarar las cosas o ver que no es tan grave como parece.

Darnos un capricho
Si nos va mal el día, ¿por qué no mimarnos un poco? Ver alguna de nuestras películas favoritas, comprar algo que hace tiempo que queríamos tener, comer algo que nos guste… Esto, además de “hacernos un regalo”, hace que la mente descanse y ayuda a que veamos todo con más claridad al día siguiente y nos demos cuenta de que eso que parecía tan grande es en realidad muy pequeño.