El origen de las fobias
Lo primero que hay que hacer es saber muy bien qué es una fobia. Se trata de un miedo hacia un objeto, una situación o un tipo de ser vivo que se siente debido al impacto emocional negativo de alguna experiencia pasada que resultó traumática. Esto hace que el pánico y la ansiedad que provoca no desaparezcan hasta que el estímulo que los ha hecho surgir se detenga.
Existen también fobias que no causan pánico ni temor, sino que generan un rechazo a algo concreto. Un ejemplo de esto son la homofobia y la xenofobia. Así mismo, otras fobias generan miedo (por un posible peligro), asco, repugnancia, o todas estas sensaciones al mismo tiempo, como son la fobia a las arañas o las serpientes.
Son muchas y muy variadas las fobias que existen, y las hay que son de lo más comunes y otras que son bastante raras.
Cuál es su origen
Al igual que los tipos de fobias, sus causas son diversas. La más habitual de todas es haber tenido una experiencia de tipo negativo o traumático en el pasado, como le ocurre a las personas que empiezan a tener miedo a los perros tras haber sido mordidos por uno o las que temen viajar en un medio de transporte concreto tras haber estado a punto de tener un accidente.
En algunos casos, la fobia también se extiende a lugares, por lo que el miedo también aparece al volver al lugar donde ocurrió o encontrarse en un lugar similar.
Otra causa de las fobias es lo que se conoce como “aprenderlas” o “adoptarlas”, que es el temer (siempre que el miedo tenga lógica) o el rechazar algo a lo que tiene fobia alguien del entorno cercano (generalmente parientes directos). Un ejemplo de fobias adoptadas o aprendidas son las que afectan a culturas o creencias ajenas, ya que este rechazo o miedo suele estar inducido por la propia sociedad o por los conflictos que afronte una cultura.
También debemos mencionar las fobias provocadas por haber visto a una persona (sobre todo si se trata de alguien cercano) pasar por una experiencia desagradable. Esto también puede hacer que surja fobia y se sienta temor o recelo de poder pasar por un suceso desagradable por el que haya pasado una persona cercana a nosotros.
El nivel de intensidad de las fobias no siempre es el mismo para todas las personas que la sufren, y mientras algunas de ellas pueden quedarse completamente bloqueadas cuando surge el miedo, otras en cambio pueden encararlo sintiendo solo un gran desagrado pero sin ver limitada su actividad.
Como vemos, determinar el origen exacto de una fobia o sus causas no siempre es sencillo. Pero sí que es muy importante conocer qué diferentes factores pueden provocarla para poder determinar más fácilmente su terapia o tratamiento. Porque al igual que las fobias pueden aprenderse, también es posible hacer lo contrario y superarlas.