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Cómo hacer que los niños colaboren en casa

Cómo hacer que los niños colaboren en casa

No son pocas las personas para quienes las tareas del hogar son algo frustrante, repetitivo y monótono. Y más aún si se trata de los niños. Porque los adultos al fin y al cabo sabemos el esfuerzo que tenemos que hacer (mayor o menor), el tiempo que nos lleva hacerlo, y sabemos sobre todo cómo planificarnos para hacerlas.

Pero para un niño las labores de casa pueden parecer una tarea titánica, y es probable que no tengamos éxito fácilmente si queremos que aprendan a echar una mano.

Por eso, siempre vienen bien algunos consejos para que colaboren con más facilidad.

Cada uno, lo suyo. Al niño debemos pedirle que haga algo que se corresponda con su edad. Por eso no se le pide a un niño de tres años que lleve vasos de cristal o a uno de 5 que friegue los platos sin ayuda. Pedirles algo que les resulte sencillo hacer y que no sea inadecuado para su edad hará que les resulte más fácil colaborar.

Trabajo en equipo. Si asignamos una parte de la tarea a cada uno, se trabaja para lograr el objetivo entre todos. Al poner la mesa se puede encargar a uno poner las servilletas, otro los cubiertos (si no es peligroso debido a su edad), etc, de manera que entre todos se logra el objetivo de preparar la mesa. Esto también es aplicable a la limpieza de la habitación o del salón, y otras tareas del hogar. Los adultos supervisan el trabajo y les ayudan y motivan para que no hagan de mala gana la tarea.

Premiar. Querer alcanzar metas siempre es positivo, y en las tareas del hogar también puede haber incentivos. Un premio a los niños cuando llevan a cabo la tarea que se les ha asignado sin tener que repetírselo demasiado y con constancia es una buena idea que les hace estar comprometidos y ser constantes.

Estos premios se pueden otorgar mediante un sistema de puntos, de manera que si hacen la tarea sin que haya que insistir se les da un punto y en caso contrario no se les da ninguno. Así, se premia el esfuerzo de los pequeños pero no se castiga, sino que en su lugar es un punto que no tienen. Y el premio por los puntos que consiguen puede ser elegir la próxima actividad que hará la familia el fin de semana, o permitirles hacer algo con sus amigos, o bien ese capricho que se les ha antojado tanto. Los premios deben ser lo suficientemente motivadores para que no haya que insistir y ayuden de buena gana.