La depresión postvacacional y cómo evitarla
Se conoce como depresión postvacacional el estado de ánimo que se sufre al finalizar el periodo de vacaciones y volver a la rutina del día a día. Las personas que lo sufren suelen tener entre 30 y 45 años, en especial si no disfrutan con su trabajo o se encuentran en situación de inestabilidad laboral. Las que más riesgo tienen de sufrirlo son aquellas que sufren mobbing u hostigamiento en su puesto de trabajo y las que tienen cargos de responsabilidad o trabajan en medicina o educación.
Cuáles son sus síntomas
No todos los especialistas coinciden en considerar el síndrome postvacacional como una depresión, aunque sus síntomas son similares a los que se presentan en otras depresiones.
Sus síntomas físicos incluyen:
- Insomnio.
- Taquicardia.
- Sensación de ahogo.
- Trastornos digestivos y/o pérdida del apetito
- Dolores musculares.
- Cansancio.
Por su parte, los síntomas psíquicos son los siguientes:
- Falta de interés y/o concentración.
- Nostalgia.
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Apatía.
- Tristeza.
Cómo se puede evitar
La depresión postvacacional suele desaparecer al cabo de unos días in tener que hacer ningún tipo de tratamiento. Pero siempre ayuda conocer algunos consejos para prevenirla.
- Volver unos cuantos días antes de tener que empezar a trabajar de nuevo.
- Recordar que tener trabajo permite tener también un buen nivel de vida.
- Tratar de mantener un ambiente agradable y sano en el trabajo.
- Aunque las vacaciones terminan, hay que disfrutar el tiempo libre que tengamos (fines de semana, festivos…) haciendo actividades como quedar con los amigos o la familia, dar un paseo o hacer deporte.
- Intentar que la actitud no sea de queja constante.
- Tener presente que al volver al trabajo nos reencontraremos con amigos y compañeros.
- Olvidarse de llevarse trabajo a casa.
- No agobiarse si el rendimiento laboral no es el habitual durante los primeros días.
Si pasadas dos o tres semanas el malestar continúa, la depresión postvacacional puede convertirse en un trastorno más serio. En tal caso no hay que tener miedo a pedir consejo a un especialista, que podrá ayudarnos a combatir este síndrome.